jueves, 15 de febrero de 2007

Alerta del Observatorio Antitotalitario Hannah Arendt

El Observatorio Antitotalitario Hannah Arendt alerta:
hay una nueva escalada contra la libertad de pensamiento

El 9 de febrero, el Consejo Nacional de Protección del Niño y el Adolescente ordenó una multa para el humorista Laureano Márquez y el diario Tal Cual, por un editorial humorístico publicado el año pasado, titulado Querida Rosinés. Un comentario aparentemente descuidado del Jefe del Estado en Aló Presidente generó la acción individual de una abogada contra el autor y el diario, y luego, una denuncia de la Fiscalía que culminó en la multa. La sentencia es muy confusa sobre la multa, pero amenaza con ser tan grande que el diario convocó a una colecta para intentar salvarse de la quiebra.

El 2 de febrero, el físico Claudio Mendoza, un prominente científico venezolano distinguido con el Premio Lorenzo Mendoza Fleury de la Fundación Polar, fue destituido de su cargo de jefe del Laboratorio de Física Computacional del Instituto de Investigaciones Científicas, a causa de un artículo de opinión que había publicado en septiembre pasado en El Nacional, en el que hablaba de los peligros de incorporarse a una carrera nuclear y comentaba que Venezuela no podrá avanzar mucho en eso por el “desprecio revolucionario hacia los expertos”.
No son los primeros gestos oficiales de hostilidad a la libre circulación de las ideas en Venezuela. El problema es que han ocurrido en serie, y dentro de un contexto de clara disminución de indicadores democráticos: una ley habilitante que concentra aún más poder en el Jefe del Estado, una oleada de estatizaciones, numerosos anuncios que amenazan la existencia de órganos de elección popular, como alcaldías y gobernaciones.

Todo esto se produce, además, junto al caso RCTV y el agigantamiento del poderío propagandístico oficial. A los 70 medios impresos, 159 emisoras de radio y 6 televisoras que hasta ahora controla totalmente el gobierno, se sumó esta misma semana la decisión de transmitir Aló Presidente de lunes a viernes. El gobierno suma y suma poder de propaganda, y la disidencia es hostigada y perseguida. Es obvio que la intención oficial es erradicar toda voz que no esté autorizada por el mismo hombre que controla todos los poderes públicos y la fuerza armada, y que promete gobernar hasta por lo menos 2030. Es obvio que acciones como ésta alimentan una sospecha cada vez más extendida: Venezuela transita por una ruta de autoritarismo militar creciente, que recuerda claramente el triste camino de las naciones que cayeron bajo el horror totalitario.

Una sociedad sin libre circulación de las ideas es una sociedad ciega y sorda ante sí misma, que no puede hablar de sus problemas y por tanto no puede resolverlos. Es como un autobús sin luces andando a toda velocidad por una carretera de montaña: sin ver el camino, no tardará en despeñarse. Pero aún es tiempo de corregir el rumbo. El Observatorio Antitotalitario Hannah Arendt exhorta a la sociedad venezolana a defender su derecho a elegir, a hablar y a pensar con libertad.

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