Este discurso fue pronunciado en la Cámara de Representantes de laRepública de Cuba en mayo del año 1955 por el Dr. Rafael L. Díaz-Balart, enese momento el líder de la mayoría y presidente del comité parlamentario dela mayoría en la Cámara, contra la ley que amnistió a Fidel Castro y demásasaltantes al cuartel Moncada, cuando habían cumplido solamente dos años decárcel y después de haber sido condenados por un tribunal civil.
Castro había recibido una condena de 15 años.
La Amnistía (1955)Por Rafael Díaz-BalartSeñor
Presidente y Señores Representantes: He pedido la palabra para explicar mi voto, porque deseo hacer constar antemis compañeros legisladores, ante el pueblo de Cuba y ante la historia, miopinión y mi actitud en relación con la amnistía que esta Cámara acaba deaprobar y contra la cual me he manifestado tan reiterada y enérgicamente.No me han convencido en lo más mínimo los argumentos de la casi totalidadde esta Cámara a favor de esa amnistía. Que quede bien claro que soypartidario decidido de toda medida a favor de la paz y la fraternidad entretodos los cubanos, de cualquierpartido político o de ningún partido, partidarios o adversarios delgobierno. Y en ese espíritu sería igualmente partidario de esta amnistía ode cualquier otra amnistía. Pero una amnistía debe ser un instrumento depacificación y de fraternidad, debe formar parte de un proceso de desarmemoral de las pasiones y de los odios, debe ser una pieza en el engranaje deunas reglas de juego bien definidas, aceptadas directa o indirectamente porlos distintos protagonistas del proceso que se esté viviendo en una nación.Y esta amnistía que acabamos de votar desgraciadamente es todo lo contrario.Fidel Castro y su grupo han declarado reiterada y airadamente, desde lacómoda cárcel en que se encuentran, que solamente saldrán de esa cárcel paracontinuar preparando nuevos hechos violentos, para continuar utilizandotodos los medios en la búsqueda del poder total a que aspiran. Sehan negado a participar en todo proceso de pacificación y amenazan por iguala los miembros del gobierno que a los de oposición que deseen caminos depaz, que trabajen a favor de soluciones electorales y democráticas, quepongan en manos del pueblo cubano la solución del actual drama que vivenuestra patria.Ellos no quieren paz. No quieren solución nacional de tipo alguno, noquieren democracia ni elecciones ni confraternidad. Fidel Castro y su gruposolamente quieren una cosa: el poder, pero el poder total, que les permitadestruir definitivamente todo vestigio de Constitución y de ley en Cuba,para instaurar la más cruel, la más bárbara tiranía, una tiranía queenseñaría al pueblo el verdadero significado de lo que es tiranía, unrégimen totalitario, inescrupuloso, ladrón y asesino que sería muy difícilde derrocar por lo menos en veinte años. Porque Fidel Castro no es más queun psicópata fascista, que solamente podría pactar desde el poder con lasfuerzas del Comunismo Internacional, porque ya el fascismo fue derrotado enla Segunda Guerra Mundial, y solamente el comunismo le daría a Fidel elropaje pseudo-ideoló gico para asesinar, robar, violar impunemente todos losderechos y para destruir en forma definitiva todo el acervo espiritual,histórico, moral y jurídico de nuestra República.Desgraciadamente hay quienes, desde nuestro propio gobierno tampoco deseansoluciones democráticas y electorales, porque saben que no pueden serelectos ni concejales en el más pequeño de nuestros municipios.Pero no quiero cansar más a mis compañeros representantes. La opiniónpública del país ha sido movilizada a favor de esta amnistía. Y losprincipales jerarcas de nuestro gobierno no han tenido la claridad y lafirmeza necesarias para ver y decidir lo más conveniente al Presidente, alGobierno y, sobre todo, a Cuba.Creo que están haciéndole un flaco servicio al Presidente Batista, susMinistros y consejeros que no han sabido mantenerse firmes frente a laspresiones de la prensa, la radio y la televisión.Creo que esta amnistía tan imprudentemente aprobada, traerá días, muchosdías de luto, de dolor, de sangre y de miseria al pueblo cubano, aunque esepropio pueblo no lo vea así en estos momentos.Pido a Dios que la mayoría de ese pueblo y la mayoría de miscompañeros Representantes aquí presentes, sean los que tengan la razón.Pido a Dios que sea yo el que esté equivocado.Por Cuba.(Este documento fue gentilmente suministrado a Alberto Muller por elRepresentante de la Cámara del Congreso de los Estados Unidos de América,Lincoln Díaz-Balart, hijo de Rafael Díaz Balart.En aquella época, como Rafael Díaz Balart era cuñado de Fidel Castro, muchoscreyeron que había consideraciones personales involucradas en este discursoexcepcionalmente lúcido, cuando lo que había era un conocimiento cabal delpersonaje, pues
Fidel incluso le había solicitado que lo introdujera con elGeneral Batista, antes de que éste diera el golpe de estado.Existen diversos testimonios de la admiración que Fidel Castro sentía porMussolini y el título de su alegato de defensa en el juicio civil que se lecelebró "La Historia Me Absolverá" la tomó de Adolf Hitler.
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