El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, encamina al país hacia "una dictadura" y ha secuestrado el lenguaje de Dios, dijo en La Habana monseñor Baltazar Porras, a quien el mandatario había acusado de llevar "el diablo bajo la sotana".
"Estamos en camino hacia eso, porque si la disensión de cualquier tipo es penalizada, amedrentada, perseguida de distintas formas, pues indudablemente que es una democracia formal", no en la práctica, subrayó monseñor Porras, arzobispo de Mérida.
En entrevista con la AFP, el prelado, quien asiste en Cuba a la XXXI Asamblea General del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), evaluó la situación en Venezuela y las relaciones entre la Iglesia y el gobierno, que, tras un año de distensión, volvieron a complicarse.
"A partir de las elecciones de diciembre último se ha acelerado el proceso revolucionario, donde la intransigencia y la aplanadora del gobierno se está haciendo sentir. Hay un secuestro de todos los poderes públicos por parte del Ejecutivo. No existe sino un único poder", dijo.
En Venezuela "toda institución o persona que no esté cuadrada con el proceso revolucionario es considerado un enemigo", subrayó el obispo, designado primer vicepresidente del CELAM en la elección del órgano realizada el martes en La Habana.
"Hay un clima enorme de tensión, de exclusión, en la que entra la Iglesia (...). Indudablemente han arreciado, no solamente las críticas, sino las descalificaciones, los insultos" hacia los jerarcas católicos, apuntó.
La polémica se agudizó esta semana. El miércoles, el canciller venezolano, Nicolás Maduro, acusó a portavoces de la Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) de ser "una nueva inquisición con viejos manuales de la Guerra Fría".
La declaración de Maduro, quien también los acusó de urdir "un plan de desestabilización" contra Chávez, tuvo lugar luego de que la CEV emitiera un documento en el que advierte que el presidente dirige al país a "un sistema marxista-leninista".
"Caminamos hacia eso. Lo ha dicho públicamente, que el ejemplo es Cuba (...). Hay la permanente repetición de cómo la sociedad hacia la cual queremos caminar es la cubana o es la de Corea del Norte, o es Irán; en fin, sus modelos a seguir y a imitar son modelos muy cuestionados en la sociedad mundial hoy en día", dijo Porras.
El obispo, a quien Chávez cuestiona su papel en el golpe que lo sacó del poder por 47 horas en abril de 2002, rechazó además que el presidente, quien manifiesta su fe cristiana, cite frecuentemente frases de los Evangelios.
"Hay un apoderamiento, un secuestro, del lenguaje religioso común", afirmó el obispo venezolano, quien dijo que ello es propio de "regímenes de corte fascista y nazista".
Las relaciones entre el gobierno y la jerarquía de la Iglesia católica han sido espinosas desde que Chávez asumió el poder en febrero de 1999. En abril de 2002, el fallecido cardenal José Ignacio Velasco firmó el decreto que suprimió todos los poderes del Estado bajo la efímera presidencia del empresario Pedro Carmona, tras el golpe.
Cuando monseñor Porras era presidente de la CEV, Chávez lo acusó de llevar "el diablo bajo la sotana".
"Tengo eso escrito desde el primer insulto que me pegó a mí el 13 de diciembre 1999 hasta ahora, es el mismo esquema, es el mismo cliché que se repite con epítetos cada vez más fuertes", dijo Porras, quien cuenta que tiene en su despacho caricaturas sobre su enfrentamiento con Chávez.
La relación entre la Iglesia y el gobierno mejoró a fines de 2005 con el nombramiento del nuevo arzobispo de Caracas y cardenal, Jorge Urosa; pero la polémica regresó este año cuando Chávez, al iniciar su nueva gestión 2007-2013, proclamó la radicalización de su revolución y la construcción del socialismo del siglo XXI.
MGC
Globovisión/AFP
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