de Francisco Alarcón (diario 2001)
Aun cuando pudiera parecer una discordancia, en la práctica es una realidad bien ponderada de las circunstancias actuales en Venezuela.
Rebelión porque los venezolanos no permitirán la bota de una dictadura. Pacifica porque no será con las armas la manera como se enfrentará al régimen. La disposición hacia la violencia nunca fue la ruta de la disidencia venezolana, sin embargo pudo caer en las trampas que tenazmente pone el régimen, esgrimiéndolas para luego estigmatizar a sus víctimas como conspiradores. Ahora todo cambia, cuando nace y va madurando una disidencia cultivadora de la resistencia pacífica, rebelándose contra el autoritarismo.
Bienvenido todos los venezolanos chavistas y no chavista, hoy afectados por la arbitrariedad de un gobernante que les cercena sus libertades y secuestra sus instituciones. La democracia languidece en Venezuela y el problema es para todos, por ello, vemos cómo día a día se van incorporando más sectores de la sociedad, los estudiantes de nuevo son la vanguardia de las protestas en perfecta afinidad con los periodistas y trabajadores. Es una nueva forma de lucha la que presenciamos, con tan novedosas modalidades que el régimen no sabe qué hacer, es actualmente la disidencia quien tiene loco a Chávez. Tanto que pudiera estar en la antesala de su salida.
Los métodos de lucha serán diversos sin descartar ninguno, donde se impondrá la creatividad, y sincrónicamente los jóvenes los irán sacando de sus propias entrañas; entre noveles y veteranos se produce una catarsis en la aparición de los guías. Todo diferente, sin reconcomio, Venezuela reverdece en su momento trágico contra una autocracia. El chavismo siempre trató de minimizar las conquistas de la disidencia con descalificaciones baratas, pretendiendo hacer ver que, no son de contenido popular.
Justamente lo que ellos perdieron, más allá de su “lumpen” en términos marxistoides. El verdadero sentir del pueblo venezolano está del lado de la disidencia, obstinados de las falsas promesas y menoscabos a la libertad, en este período sí parece vamos por buen camino sin apartheid, ni exclusiones.
Con este “malhadado” paso de Chávez clausurando a RCTV, implantó la resistencia que no logró cristalizar ningún político, catapultando a Marcel Granier a los umbrales de la historia. Será esta resistencia naciente quien estará en permanente rebelión para no permitir en Venezuela la instauración de un sistema comunista con las arbitrariedades que arrastra, y a ella, más pronto que tarde la “delincuencia revolucionaria” deberá rendirle cuentas.
Es la juventud de siempre cual, ahora funge de vanguardia de la liberación como en la mayoría de los casos en Latinoamérica siendo la preceptora de la libertad. Mientras tanto el Gobierno seguirá como vetusto carro pasando aceite y en vez de reconstruirle el motor, seguirán suministrándole más y más aceite, hasta que no camine y se funda.
Es difícil cercenarles la libertad a los compatriotas, su venezolanidad; es peligroso cambiarles sus hábitos de consumo, forzándoles a comprar en los “megamercados”, y así tantas cosas de omisión inevitable, como la inseguridad, causante de más muertos que la más brutal guerra de hoy en día.
No se rían “camaradas” sin doctrina ni principios, cuando vean el arrojo de la juventud de esta patria, pues será ella quien, los sacará de sus dorados tronos construidos sobre los cascajos de la mediocridad. Pronto se convencerán que las luchas no se planifican en días, semanas o quizá en años. A veces, la prudencia y las coyunturas se cuecen dependiendo de las variables; lo importante es el sentimiento que hoy alumbra al pueblo venezolano, dándose cuenta de quién y quiénes son los que le acabaron con este país en los últimos ocho años.
Que sus efímeras ayudas en nada les resolvieron su situación económica, y la nación se encuentra en franca ruina difuminando el petróleo y pringando nuestro gentilicio, esto será restituido con una rebelión pacífica, al presente encabezada por los estudiantes.
sábado, 9 de junio de 2007
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